COSTA RICA- PUERTO VIEJO

Siento mi dejadez, pero en especial este último mes ha sido intenso y disfrutado al máximo, así que por fin, en un momento de relax, toca contaros nuestra siguiente parte del viaje.
Dejábamos atras Panamá para empezar a explorar Costa Rica.

Nuestro tiempo en Costa Rica iba a ser corto por el momento, ya que teníamos planeado algo maravilloso que nos obligaba a dejar el país en un par de semanas.

Salimos desde Bocas del Toro y contratamos un shuttle hasta Puerto Viejo. En la frontera, en Sixaola, tuvimos que bajarnos del autobús para sellar la salida del país con su correspondiente pago (4$).
Una vez sellado y pagado cruzamos el puente a pie hasta llegar al lado Costarricense donde tras sellar la entrada al país tomamos un autobús público para llegar hasta Puerto Viejo.
Son fronteras sencillas, no te piden nada, por lo menos a los europeos y argentinos.

Llegamos hasta el pueblo y una vida caribeña afroamericana nos esperaba. Bendito lugar.

Caminamos hasta el hostel que habíamos reservado que pertenecía a unos catalanes. Nos sentimos como en casa desde el minuto uno. Lo voy a recomendar porque es un lugar alucinante. Se llama Kalunai hostel y el ambiente es inmejorable.

Uno de los alojados era español y casi se nos caen las lágrimas, cuando nos dio a probrar un trozo de queso idiazabal y lomo ibérico, 4 meses sin probar esos manjares, la emoción era infinita.

Si, obviamente visitamos varios lugares en esta zona. Alquilamos unas bicicletas y recorrimos desde puerto Viejo hasta Manzanillo, los 12 km que separan un lugar de otro. Con el calor que hacía y el que llevaba nuestro cuerpo por el esfuerzo, llegar a la playa de Manzanillo fue como encontrar un oasis en el desierto.

Tras un largo baño empezamos a dar la vuelta parandonos en las siguientes playas, playa Chiquita y Punta Uva.
He de decir que aunque nos encontrábamos en el mar caribeño nada tiene que ver con la imagen que tenemos de las playas caribeñas. Son bastante movidas y no son transparentes, pero tienen su encanto.

Pasamos grandes veladas jugando al Dominó y conociendo gente de todos los lugares, especial mención a Mit, "hope to see you again".

Sin duda alguna, lo mejor de esta zona lo encontramos en el Parque nacional de Cahuita, visita casi obligatoria.
Para llegar hasta allí, tomamos un autobús desde la terminal y muy importante y gran consejo para mochileros. Si no quieres pagar entrada puedes hacerlo desde otra entrada distinta a la oficial. Para ello, debes pararte en el mismo pueblo de Cahuita, en la terminal de autobuses y no en la parada del parque.

Una vez allí, preguntando, llegas hasta esta la entrada que os digo, pagando sólo la voluntad, frente a los 10$ que te exigen desde la otra.
Un parque espectacular donde vimos coatis, mapaches, perezosos y monos. Las playas son espectaculares y la travesia hasta la salida, es decir, la entrada oficial es maravillosa.

El tiempo nos apretaba así que decidimos marcharnos hasta la capital, San José, para llegar hasta nuestro siguiente destino.
Con perdón, pero San José no tiene nada que ver, no es bonito así que lo obviaria.

Hasta la próxima,  prometo no tardar tanto para la siguiente publicación. Un abrazo.