BOLIVIA- RESERVA NACIONAL ANDINA

Como bien os contamos en el capítulo anterior,  esta es una de las experiencias más bonitas vividas hasta ahora.
Madrugamos mucho para partir con un minibus hasta la frontera chilena.

Frontera de Bolivia

Aquí sellamos la salida del país, entregando como os dije, el papelito de la PDI que te entregan a la entrada, por eso es importante guardarlo.

El minibus nos llevó hasta la frontera boliviana a 12 personas, las cuales nos separaríamos en 2 jeep una vez sellada la entrada. Antes de salir, nos ofrecieron un desayuno, con fruta, sandwiches, bizcochos, café y como no, el té de coca pues ya empezábamos a notar la altitud.

Nuestro guía Sandro y las 2 parejas chilenas que nos acompañarian durante los tres días, hicieron del Tour un plus, ya que fueron personas estupendas.

Laguna Blanca

Lo primero de todo fue pararnos en la entrada de la reserva Nacional de Fauna Andina, pagando una entrada, de ahí la necesidad de llevar bolivianos encima. La entrada son 150 bolivianos por persona.

Laguna Verde

Durante el primer día del Tour, visitamos la laguna blanca, la laguna verde y el desierto de Dalí, encontrándonos ya a 4320 metros.

Desierto de Dalí 

Hicimos otra larga parada en unas termas naturales, a las cuales no nos metimos. Por mucho que dentro se estuviera a 35grados fuera hacía un frío de narices. Estas tienen precio aparte. Se paga 6 bolivianos por el uso de la terma y el baño.

En toda Bolivia se paga por ir al baño. Y es muy curioso, hay que llevar siempre papel higiénico contigo, ya que descubrimos días más tarde, que si no hay en los baños, es porque es carísimo.

Después de esta parada visitamos los geysers Sol de la mañana, donde se observa la lava hirviendo y las fumatas que salen de ahí, dejando un olor a azufre que te mueres. Igualmente, algo único.

Geyser Sol de la mañana

Nos llevaron al refugio en la montaña donde íbamos a pasar la noche. Nos sirvieron de comer a todo el grupo y salimos de nuevo para ver la laguna colorada. Donde las llamas campaban a sus anchas y pudimos ver por primera vez los flamencos.

Laguna Colorada

Ya cansados y con mal de altura regresamos al refugio, donde nos sirvieron té y galletas. Poco más tarde nos sirvieron la cena, su tradicional sopa de verduras y fideos.
El refugio sólo tiene dos horas de electricidad al dia, por eso cenamos tan prontito.

Nosotros estábamos ya bastante mal, no lo vamos a negar, la cabeza nos explotaba y la respiración se hacía pesada.

Antes de irnos a dormir, salimos a ver las estrellas. Jamás en nuestras vidas habíamos visto algo semejante. No quedaba hueco para una estrella más, nosotros que acostumbrados al clima vitoriano, rara vez hemos visto ni la octava parte de lo que vimos.

Como podeis leer, fue un día muy completo y precioso, por lo que dejamos para otro capítulo el segundo día de nuestro Tour.

Buenas noches a todos! 🌒